Te pido este favor... | |||
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(外伝猫の仕事種類, Gaiden: neko no shigoto shurui) | |||
Información | |||
Personajes | |||
Haruka Akai Shintaro Renzo Tsumeko Ashiko |
El Trabajo de un Gato Bondadoso (外伝猫の仕事種類 , Neko no shigoto shurui) Relata como Haruka ayuda a uno de los fantasmas que la ayudan, Shintaro, el cual pide como pago por sus servicios la verdad sobre su muerte. También relata la historia de la Aldea Shizuku y su relación con criminales.
Introducción: Imágenes de un Ente Dolido[]
Leves visiones se aparecían ante ella. Una casa quemada, un niño llorando, una mujer desconsolada. Las escenas pasaban de una a la otra en retazos de luz, como varias imágenes en secuencias. Logro distinguir un pueblo, algunas vacas, una casa con un Maneki-neko en la entrada, una tienda de kimonos con una ventana rota y muchas imágenes más. La velocidad en la que las imágenes cambiaban aumentaba cada segundo, hasta que finalmente se detuvieron, dejando ver la sonrisa de insana satisfacción de un hombre con una cicatriz en el mentón, luego, todo se volvió negro…
Entreabrió suavemente sus ojos ambarinos sin abandonar su posición. Aun mantenía sujeta la cintura de su Goshujin, el cual, sin tener que mirarlo, sabía que estaría dibujando en una de sus libretas. Se hallaba apoyado contra un tronco caído, el viaje de ambos los había llevado a un bosque del País de los Ríos. Ella le había exigido a su Goshujin una pausa para tomar una siesta, y de alguna manera intencional, termino quedándose dormida mientras lo abrazaba.
Solo basto mover la mirada un poco para notar la causa de esas visiones. Varios entes invisibles para su Goshujin los habían rodeado, más específicamente, la habían rodeado a ella. Aquello solo significaba una cosa, uno de ellos quería un premio mayor que el de las canastas de comida que solía dejar. Uno de ellos quería un favor.
Los entes fueron desapareciendo uno a uno hasta que solo quedo el último. Por lo general, se veían como figuras humanoides claras y semi transparentes, este caso no era distinto, pero cada uno tenía un chakra diferente, y este lo conocía bien. Su nombre esa Shintaro, ya la había ayudado en varias misiones, pero nunca había pedido nada a cambio… al menos hasta ahora, y basándose en las visiones, lo que quería era solo una cosa…
Haruka: Venganza, nya…
Capítulo I: La aldea Shizuku[]
Akai: ¿Qué te vas a donde?
Habían pasado un par de horas desde la siesta de Haruka, el tiempo suficiente para que esta terminara de despertarse y comiera la merienda junto a su Goshujin, y luego, darle la noticia.
Haruka: A un lugar llamado la aldea Shizuku, nya. Tengo que hacer algo allá, un favor para un amigo, nya.
Akai: ¿Enserio crees que te dejare ir sola?
Haruka: ¿Enserio cree que le estoy pidiendo permiso, nya?
Más claro no podía ser el hecho de que Haruka hacia lo que le diera la gana, sin tener en cuenta la posición de nadie, ni siquiera la de su “Goshujin”… El poco tiempo que llevaban viajando juntos lo dejaba muy en claro. Así que Akai solo podía resignarse a los caprichos de su extraña compañera.
Akai: (Suspira) ¿Al menos puedo estar tranquilo de que no te meterás en líos demasiado grandes?
Haruka: ¡Pff! ¡Nyahaha, por favor Goshujin! Soy un gato. Pedirle a un gato que no se meta en líos es como pedirle al agua que no moje. Es ilógico, nya. ¿Goshujin, desde cuando hace peticiones tan tontas, nya? Otro ejemplo seria pedirle a Goshujin que deje de ser tan rojo, nya. Goshujin nunca dejaría de ser rojo, nya. Es como una manzana, o un tomate, quizás un ají. No. como un ají no, nya. Goshujin no es un ají, quizás una banana, nya. Me está dando hambre, nya…
Akai: … (Se rasca la cabeza) ¿Podrías repetir eso?
Haruka: ¡Me voy a meter en líos, nya!
Akai: Pero si eso es lo que no quie--
Haruka: Estaré bien, nya. Haré el favor y me iré. Ni siquiera notara que me fui, nya.
Obviamente esto no tranquilizaba para nada a Akai, pero, ¿Qué podría hacer? Sabía que Haruka haría lo que quisiera, y si trataba de sugerirle siquiera que lo impediría, las cosas se pondrían peores. Así que opto por lo más sano y dejarla irse con la condición de que volvería al mismo punto donde se hallaban para continuar con su viaje juntos. Haruka acepto, y prometió volver en tres días.
…
Haruka continuaba su camino con un extremo fastidio encima. Si bien sabia que debía pagar los servicios de Shintaro, el hecho de hacer un viaje fastidioso a un pueblucho olvidado por Bakeneko-sama era algo que no le emocionaba en lo más mínimo. Menos aun teniendo que seguir a un fantasma estúpidamente lento.
Haruka: ¡Nyyyaaaahhhh! ¡¿Hasta cuándo hay que caminar a este ritmo, nya?!
Shintaro: No mucho…
Haruka: Nya… No entiendo porque no me dejas llegar allá de un salto, nya. Seria ahorrarse como 4 horas de viaje caminando, odio caminar lento, nya.
Shintaro: Llamarías la atención. No todos los días se ve a una chica llegar a una aldea saltando.
Haruka: Obviamente no, nya. Aterrizaría en las afueras, nya. Pensé que tu más que nadie sabría eso, nya. ¡Ya dime porque no puedo ir más rápido, nya!.
Shintaro: Porque ya llegamos.
Haruka parpadeo un tanto sorprendida por esas palabras, más todavía cuando vio unas cuantas escaleras al frente hechas de piedra. Rápidamente avanzo hasta ver su objetivo: la aldea Shizuku. Era un pueblo relativamente pequeño, pero bien poblado. Aunque había algo que le molestaba…
Haruka: Huele a sangre, nya…
…
Pasada unas horas, Haruka ya se había adentrado en las calles de Shizuku. Tal como la había visto, estaba bien poblada. Pero algo no cuadraba en esa imagen… Parecía un pueblucho feliz, prospero, pacifico, el tipo de aldeas que podías aplastar con apenas mover un dedo, ¿De verdad Shintaro provenía de allí? Si algo reconocía es que ese fantasma en particular era bastante hábil en las artes shinobis, además de sabio. Por esta razón y muchas otras aquella fachada de poblado alegre con niños correteando y adultos saludándose cordialmente no encajaba con la personalidad de Shintaro, y menos todavía con el olor a sangre que se intensificaba a cada paso que daba.
Shintaro: Asusta, ¿verdad?
Haruka: ¿Enserio tu vivías aquí, nya?
No le molestaba hablar en voz alta. Nadie parecía molestarse en reconocer su presencia, todos seguían en lo suyo mientras ella caminaba, hablando sola aparentemente.
Shintaro: Todo esto es una asquerosa fachada…
Haruka: Creo que este sería el momento perfecto para que me expliques porque estoy aquí, nya.
Shintaro: Lo creas o no, en un inicio la aldea Shizuku estaba en camino de ser la fuerza militar del País de los Ríos. De hecho, estábamos a poco tiempo de convertirnos en una aldea Shinobi.
Haruka: No jodas, ¿Con todos estos blandengues, nya?
Mientras hacia la pregunta, Haruka observaba con impresión a una banda de hombres mayores riendo, charlando de cómo conocieron a sus esposas y como las mantenían económicamente. El solo imaginar a esos hombres como ninjas era un chiste de mal gusto.
Shintaro: Pronto íbamos a ser nombrada Shizukugakure y tendríamos el título oficial de aldea shinobi… Al menos hasta el día en que me mataron.
Haruka: ¿Nya?
Mientras Haruka dirigía la vista para ver mejor a su compañero incorpóreo, pudo ver como este se definía en una mejor forma.
Shintaro pronto bajaría de estatura, y sus facciones se detallarían cada vez mejor. Así hasta tomar la apariencia de un jovencito de nos 14 años, de menos estatura que la misma Haruka, el cabello blanquecino y un ojo ambarino similar a los de la kunoichi… al ver semejante transformación Haruka solo pudo tener una reacción posible. Fue rápidamente a un callejón relativamente vacio y apartado y…
Haruka: … ¡Mrrhjj..! ¡¡NYAHAHAHAHAHA!!
Prosiguió a reírse como loca mientras caía al suelo como histérica.
Shintaro: ¡¿Se puede saber de qué te ríes?!
Haruka: ¡¡NYAHAHAHA!! ¡No puedo creerlo, hasta tu voz cambio, nya! ¡Nyahaha! ¡Eres tan lindo Shin-chan! ¡¡NYAHAHAHA!!
Shintaro: (Se sonroja) ¡¿TE PUEDES CALLAR?!
Haruka: ¡Gomennya…! Pero tienes que admitir que verte de esa forma es gracioso, nya. Yo te imaginaba como un fisicoculturista o algo peor. He escuchado que algunos fantasmas toman la forma que representa la época en la que fueron más felices, pero nunca he visto uno, nya.
Shintaro: A los 14 años conocí a mi esposa.
Haruka: Eso explica, nya.
Shintaro: Mi apariencia es lo menos importante de tu viaje a este lugar, lo que quiero es…
Haruka: Y pensar que generalmente te veía como de 1,90 Mts de altura y tu voz parecía de hombre estúpidamente brusco, nya… ¿Qué te dieron mientras crecías? ¿Esteroides, nya?
Shintaro: ¡¡Hice ejercicios y me alimente bien!! ¡¿Puedes ponerte seria?!
Haruka: Debieron molestarte mucho de pequeño, nya.
Shintaro: ¡¡CONCENTRATE!!
Haruka: ¡Me concentro, nya!
Shintaro: Mi petición es la siguiente… Quiero que asesines al bastardo que me mato y le digas a mi esposa la verdad de mi muerte.
Haruka: ¿Y cuál sería esa verdad, nya?
Shintaro: Yo iba a ser elegido como el líder de la aldea. Mi objetivo era volvernos una aldea Shinobi para formar alianza con Konoha y así mejorar la calidad de vida de mi pueblo. Sin embargo…
Haruka: Tu gente no lo vio de esa forma, nya.
Shintaro: Nuestro país ha sido el escenario de muchos conflictos entre otros países por demasiado tiempo. Yo no quería iniciar otra guerra, quería que pudiéramos defendernos cuando el País del Viento y el País del Fuego les dieran la gana de venir aquí y destruir incontables vidas.
Haruka observaba como los ojos del difunto brillaban con decisión. Definitivamente el no quería un mal para nadie, al contrario, solo quería proteger a la gente que quería. Aunque al parecer, esta misma gente le haya dado la espalda.
Haruka: ¿Qué sucedió, nya?
Shintaro: Yo no era el único que buscaba el puesto de líder. El hombre al que buscas, Renzo, buscaba en cierta manera lo mismo que yo: la seguridad de la aldea. Pero su método era flojo, egoísta y además estúpido.
Haruka: ¿Nya?
Shintaro: Al igual que yo, quería mantener la a la aldea en una posición neutral, segura de conflictos ajenos, pero el supuso que crearnos nuestra propia fuerza militar haría que las grandes aldeas ninjas nos vieran como amenaza, que vendrían por nosotros. Su plan era mantener a la aldea segura contratando ninjas renegados para protegerla en secreto, no solo del mundo exterior, sino de su misma gente. Ocultaría esto alegando que buscaría un trato diplomático con otros líderes… Me acuso de traidor, de que buscaba la destrucción del pueblo con mi método. Peor, llego a mentir sobre mis objetivos. Comenzó a decir que mi objetivo real era el de unir mis fuerzas militares con Konoha y llevar al pueblo al frente de guerra… Desgraciadamente, Renzo tenía mejor trato con la gente que yo. Obviamente le creyeron a él.
Los ojos ambarinos de Haruka no podían expresar otra cosa que no fuera sorpresa, incredulidad e indignación. ¿Cómo era posible que la gente fuera tan estúpida?
Haruka: A ver si entendí, nya. Este hombre busco la protección de ninjas renegados, nya, de los cuales la gran mayoría son criminales peligrosos buscados internacionalmente. Asesinos, ladrones, escoria de la peor, nya. En lugar de preparar a su gente para situaciones de emergencia, ¿los pondría en manos de gente así? ¡¿Qué clase de lógica tiene esta gente, nya?!
Shintaro: Para acortar la historia. Renzo los convenció a la aldea entera que yo era el malo. Toda la aldea fue en mi contra, y yo al ser incapaz de lastimar a alguno, él tomo ventaja de esto… Literalmente me apuñaleo por la espalda. Me dejaron morir desangrado, pero viví el tiempo suficiente para ver que planeaban ir por mi esposa y mi hijo… También quiero saber que sucedió con ellos.
Haruka: Ya veo, nya… Entonces lo que pides de mi es matar al bastardo cobarde y saber que sucedió con tu familia, ¿Nya?
Shintaro: Te ayudare en lo que haga falta.
Haruka: Nyaha… Me ofende que creas que necesito ayuda con esto…
Una cínica sonrisa se dibujo en los labios de la kunoichi. Estaba emocionada. Con ansiedad fijo la vista fuera del callejón solo para ver a los transeúntes pasar. Gente que desconocía de quienes eran las manos que los protegían, pero que eran bien conscientes del crimen que habían cometido… La sonrisa de Haruka se ensancho y sus ojos comenzaron a dilatarse ante una idea de cómo proseguir con su misión.
Haruka: Nya, Shin-chan… ¿Dónde crees que se halle mi siguiente presa…?
Shintaro: Como probablemente lo eligieron líder debe estar en el edificio principal.
Haruka: Entonces solo buscare el edificio mas grande. Nya… (Lo mira y sonríe mas)
...Vayamos a ver qué clase de “guardaespaldas” tiene esa rata cobarde, nya…
Capítulo II: La venda de la mentira, encuentros malditos[]
Shintaro: No entiendo porque no usas el jutsu de transformación. Sería más fácil infiltrarte.
La entidad fantasmal de Shintaro se encontraba sentado en una azotea de las tantas casas que se hallaban en Shizuku. Su vista fija en el edificio principal mientras sus pensamientos se hallaban hundidos en una profunda frustración y decepción. Ya que esta era su venganza, era su pelea, era su deber acabar con aquel cobarde rastrero, pero no podía hacer nada al respecto. Nunca le gusto depender de otros, pero ahora no tenía ninguna opción. Tenía que depender de una Kunoichi que veía fantasma y tenía una obsesión poco sana por los gatos…
Shintaro: (Susurrando) Que bajo he caído…
Haruka: Nekomata-sama dice que el jutsu de transformación solo debe ser empleado para comprender el punto de vista de otros, nya. Solo debe ser usado para resolver conflictos entre especies diferentes, nya. No puede ser usado para beneficios propios, nya.
Shintaro: Hablas como la encarnación de la buena voluntad y justicia pero aun así estas metida en una casa ajena robando.
De alguna manera, Haruka había logrado meterse a una casa vacía. Al parecer, su dueña había salido, y por suerte “divina”, la dueña de la casa tenía un gatito negro bastante dispuesto a ayudar a su “seguidora”.
Haruka: Se lo explique a Kuromaru-kun y te lo explico a ti por decima vez. ¡Es un préstamo, nya! Apenas acabe con esto vendré a devolver cualquier cosa que me lleve, nya… A menos que se me olvide.
Shintaro no hizo más que ver al pequeño gatito hecho bolita a su lado. Kuromaru era un gatito negro macho, y ya que Haruka estaba usando la ropa de su dueña para disfrazarse, el felino también tuvo que salirse para darle privacidad a la kunoichi… Sin embargo, le parecía increíble que aquel gato cediera tan rápido las pertenencias de su dueña, mas aun sabiendo que probablemente nunca serian devueltas.
Shintaro: ¿Y eso no te molesta en absoluto?
El pequeño gato solo se limito a mover su larga cola sin abandonar la posición de su siesta, en obvia señal de que le daba igual lo que pasara con las cosas materiales de su Ama.
Shintaro: Me recuerda a cómo te comportas con ese chico de pelo rojo. ¿Todos los gatos son iguales?
Haruka: ¿Con Goshujin, nya? Claro que no. o quizás sí, nya. Creo que solo es similar. Los gatos buscan “Amos” para que estos cuiden de ellos, los mimen, los alimenten, te hace pensar quien de los dos es el Amo, nya. Con Goshujin es diferente, nya. El cuida de mí y a cambio yo cuido de él, nya.
Shintaro: Pareces una malcriada con él cerca.
Haruka: Es mi Goshujin, nya, se supone que tiene que cuidarme. La diferencia entre yo y los gatos es que cualquier cosa que mi Goshujin desee yo se la daré, nya. Si alguien lastima a Goshujin yo voy a hacer que esa persona desee una muerte dolorosa en comparación con lo que le hare, nya…
El fantasma tenía que admitir que el sentido de lealtad de Haruka, aunque era escaso, era admirable. Pocas cosas provocaban en ella ese sentimiento.
Haruka: ¿Y cómo me veo?
Tanto como Shintaro y el pequeño gatito negro levantaron la vista para ver a la que se suponía era Haruka. Había cambiado su ropa habitual por un vestido corto blanco bajo una chaqueta negra con capucha, su cabello ahora recogido en una coleta alta parecía más corto y sus ojos ambarinos ahora eran azules. Ante la visión, el pequeño Kuromaru parecía emocionarse por verla, y la razón era obvia, Haruka ahora era idéntica a la dueña del gatito.
Shintaro: Asusta…
Haruka: Según Kuromaru-kun, su dueña se llama Kanari, nya. Trabaja en una florería a dos cuadras de aquí, nya. Sus padres se fueron de vacaciones a no me interesa donde, nya, lo importante es que no vendrán dentro de meses, nya. En cuanto a Kanari-san, nya, ella se fue a un curso de floristería en Suna… irónico, nya. Si alguien pregunta diré que se cancelo por tormenta de arena, nya. Kanari-san es callada, tímida y tartamuda, nya. La imagen perfecta de “niña buena pueblerina”, nya. Atún comido, nya.
Shintaro: Sí, sí, todo bien, solo que hay un inconveniente.
Haruka: ¿Cuál, nya?
Shintaro: Tu tic verbal.
Haruka: ¿Mi qué cosa, nya?
Shintaro: ¡Hablo de que siempre dices “nya” cuando hablas!
Haruka: Ah eso, nya. El hecho de que lo haga inconscientemente no significa que no pueda controlarlo. ¿Qué clase de ladrona seria si no pudiera hacerlo? Hasta cierto punto me insulta el hecho de que creas que no puedo controlar mi “tic verbal” como le llamaste… ¡Y-Y en cualquier momento p-puedo ser tímida y vergonzosa! ¡N-No sea cruel Shintaro-san!
Esta vez la sorpresa e impresión fueron más notables en Shintaro y Kuromaru, los cuales observaban boquiabiertos como Haruka pasaba de ser la arrogante, burlona y segura chica que era a… otra persona totalmente diferente. Por su parte, Haruka solo se limito a sonreír burlona y orgullosa de las reacciones que provocaban sus actuaciones.
Haruka: Se les caerá la baba, nya.
Luego de la breve actuación de Haruka, emprendió su viaje hacia el edificio principal. Al parecer, todas las tardes el líder de la aldea dirigía unas palabras a la gente para “comunicarle como iban las negociaciones con otros países”, ósea, decir mentiras hasta que se le cansara la lengua.
El plan era sencillo: observar a Renzo y a sus guardaespaldas, y luego matar a todos… Quizás era demasiado sencillo, pero Haruka no tenía tiempo ni ánimos para hacer un plan más elaborado.
La ahora disfrazada Haruka caminaba entre saludos a un montón de gente que no conocía. Para mantenerse informada de quien era quien, Shintaro se mantenía a su lado para darle una breve información de quienes conocía, mientras que el pequeño y colaborador Kuromaru se mantenía oculto entre la ropa de Haruka para decirle que relación tenía su dueña con todos ellos.
Las personas se habían reunido alrededor de una tarima. El escenario era la definición perfecta de pretensión con todos los adornos que poseía, entre la tela roja visiblemente de alta calidad, los adornos de oro. Haruka llego a preguntarse qué clase de tratos conseguía con sus relaciones entre criminales, ya que a juzgar a simple vista, la aldea se mantenía económicamente a base de la ganadería… Y a menos que las vacas y reses tuvieran leche que te mantenía joven o te daba súper poderes, era imposible que ese sistema económico sustentara semejante monstruo de oro y adornos.
Entre los balbuceos de la gente mientras esperaban a su líder, Haruka encontró algo que valía la pena escuchar.
Hombre 1: Renzo-sama es demasiado bueno en realizar una ceremonia en honor al traidor…
Tanto Haruka como Shintaro se acercaron de a poco hasta poder escuchar mejor esa conversación en particular. El “traidor” debía ser obviamente Shintaro.
Hombre 2: Era de esperarse de Renzo-sama, después de todo, aun permite que Yuukan viva a las afueras de la aldea.
Shintaro: (Abre mas los ojos) Yuukan está viva…
Haruka: (Susurrando) Presumo que se trata de tu esposa, nya…
Mujer 1: Jhm, no debería. Renzo-sama es demasiado bueno con ella, hace años debimos darle el mismo destino que su esposo.
Haruka: (Tose) D-Disculpen pero… ¿Q-Quien es esa Yuukan?
El trió que conversaba dirigieron la vista hacia Haruka, o mejor dicho, hacia Kanari.
Mujer 1: ¡Oh, Kanari-chan! tu debiste estar en pañales cuando paso todo eso.
Hombre 2: Dudo que alguna vez hayas oído la historia, no es algo de lo que se platique mucho aquí.
Kanari/Haruka: ¿S-Sobre qué historia hablan?
Hombre 1: Hace 15 años, Renzo-sama nos salvo de la ambición de un traidor rastrero.
Kanari/Haruka: ¡¿D-De un q-que?!
Mujer 1: ¡No lo digas así! ¡¿Qué no ves que la asustas?! Seguro ahora tendrá pesadillas en la noche.
Hombre 2: La verdad Renzo-sama nos advirtió que un antiguo residente de la aldea planeaba dejarla bajo el control de una aldea ninja.
Kanari/Haruka: ¿D-Dejarla a su control? (Parpadea confundida) N-No lo entiendo. ¿C-Cómo haría eso?
Hombre 1: Quería hacer de la aldea una aldea ninja también. Pero gracias a Renzo-sama, pudimos mantenernos en paz y evitar sus planes… Le dimos un juicio y al final fue desterrado. Renzo-sama permite que su esposa e hijo vivan cerca de la aldea, ya que desconocían los planes de ese tipo.
Kanari/Haruka: Y-Ya veo…
Shintaro: ¿Juicio? ¡¿Juicio?! ¡¡Me acorralaron entre todos y luego me mataron!! ¡¿Qué clase de juicio fue ese?!
Bien Haruka podía estar tan indignada como Shintaro. Cuando se encontró con él, le mostro algunas escenas de cómo fue su muerte…
Habían amenazado con matar a su esposa y su hijo si intentaba escapar. Lo persiguieron por toda la aldea, hasta el lugar donde ahora estaba la tarima. Terminaron por rodarlo para que tuviera una batalla “justa” con Renzo por el mando de la aldea. Obviamente Renzo había ganado, pero no por sus habilidades propias, mientras Shintaro esquivaba los ataques de Renzo, los aldeanos que los habían rodeado atacaron a Shintaro, hasta que finalmente, tuvo a toda la aldea encima. Fue entonces cuando Renzo aprovecho, y lo apuñalo en la espalda hasta provocarle una hemorragia interna, al final, Shintaro murió desangrado… Si eso es lo que la gente entendía por “juicio”, no quería entender otros términos por esta gente.
De repente, todos comenzaron a aplaudir y a gritar eufóricos. La música comenzó a aumentar de volumen, era como un festival. De repente, un hombre alto, imponente y con cicatrices en la cara se hizo presente hasta estar frente al micrófono de la tarima.
Haruka: (Susurrando) ¿Ese es Renzo…?
Shintaro: C-Creo… Ha debido entrenarse mejor con los años…
Kuromaru: ¡Nya!
Ambos, Shintaro y Haruka dirigieron la vista al gato que se hallaba entre las ropas de la kunoichi. Mientras el hombre de la tarima hablaba de cosas que no venían al caso, Haruka presto total atención al felino, el cual, entre ronroneos y leves maulliditos, soltó información inesperada.
Haruka y Shintaro: ¿No es él?
Al parecer, el hombre alto e imponente de la tarima era solo el secretario de Renzo. El cual, tras terminar de hablar, prosiguió a anunciar la llegada de su líder.
La música aumento de volumen, neblina salía de la tarima y un espectáculo de luces se hizo esperar. Definitivamente, llegar con estilo era algo que a este hombre le gustaba hacer. Pronto se hicieron visibles tres siluetas de sombras, dos pequeñas, una a cada lado de una silueta mucho mas grande. Ambos, Haruka y Shintaro supusieron que la silueta más grande seria un trono donde estaría sentado la rata de Renzo, y vaya fue la sorpresa cuando la niebla se disipo y, efectivamente, dejo ver a Renzo sentado en un trono junto a sus guardaespaldas… Pero…
Haruka: … ¡¡MRHJ!! (Se cubre la boca aguantando la risa)
Shintaro: … Si no estuviera muerto ya… Moriría de pena ajena…
Haruka: (Susurrando) No te alarmes, nya. ¡Te venció una montaña¡ ¿Que posibilidades tenia Shin-chan?
Shintaro: ¡¡CÁLLATE!!
Lo que se suponía era la silueta del trono, efectivamente lo era, solo que por la neblina no se vio que el mismo Renzo aportaba a esa silueta.
Gracias a las últimas escenas de vida de Shintaro, Haruka tenia de cómo sería Renzo. Un hombre muy delgado, probablemente con más musculatura a causa de los años, cabello negro y una cicatriz en el mentón… Al menos había atinado al cabello y la cicatriz.
Renzo actual no era ni la sombra del Renzo que mato a Shintaro. Haruka creía que la tarima era pretenciosa y exagerada, pero fue cruel con la pobre tarima que solo era un reflejo de su dueño. Renzo era un hombre gigante, grotescamente grande, estaba cubierto con ropas y adornos exageradamente vistosos y visiblemente caros, parecía estar vestido con armadura, pero viéndolo a él, no parecía preparado para la batalla. Haruka pensaba esto no por su apariencia física, sino por su sola forma de ser. Renzo estaba sentado, pero su lenguaje corporal lo decía todo, ese hombre gritaba con su cuerpo “acabemos rápido que tengo hambre y esto me aburre”.
Sin embargo, algo más llamo la atención de Haruka, las dos guardaespaldas que se hallaban a cada lado del gran hombre. Eran dos mujeres, una más alta que la otra y ambas con un parche en el mismo ojo. La mujer alta llevaba el cabello negro en una coleta, tenía una apariencia más masculina que la otra y llevaba un haori blanco. En cuanto a la más baja, parecía más femenina que la otra, tenía el cabello corto, al igual que su kimono rojo y traía un haori negro. Llego a preguntarse si serian fuertes… Al menos hasta que capto el olor de las dos mujeres…
Haruka: (Susurrando) La religión…
Ambas mujeres apestaban a los miembros de la religión que la perseguía desde que tenía 5 años. El tipo de olor que emitían los miembros de ese culto satanico lleno de lunáticos…
Haruka: (Susurrando) Shin-chan… Gomennya, pero…
Mientras hacia esa pausa, Haruka prosiguió a quitarse los lentes de contacto que ocultaban sus ojos naturales. Shintaro, obviamente confundido, solo se limito a observarla.
Haruka: Las cosas cambiaron, nya…
No quitaba la vista de las dos mujeres, aun cuando Renzo comenzó a hablar…
Renzo: ¡Amados compañeros! Hoy se cumplen 15 años desde que evitamos que los errados esfuerzos del traidor se llevaran a cabo. Sin embargo, hoy pido que por el bien de nuestros corazones busquemos el perdón para nuestro antiguo compañero Shintaro…
A Haruka no podía importarle menos la palabrería de ese mentiroso. Mas le interesaba lo que la mujer más alta estaba haciendo. Concentrando su chakra en sus oídos y ojos, pudo ver lo que sucedía… El único ojo visible de la mujer alta se dilato mientras los músculos de su nariz se contraían, como si hubiese detectado un olor embriagante… Su olor…
Mujer alta: Ashiko…
Mujer baja: ¿Nya…? ¿Qué pasa nee-san?
Mujer alta: … Apesta a gato maldito, nya…
Rápidamente el ojo de la mujer alta se dilato, seguido de una sonrisa casi demente llena de emoción en sus labios. Sin pensarlo, la mujer baja se dirigió donde Renzo y le arrebato el micrófono. Varios, incluyendo a Renzo, se confundieron e indignaron por la acción de la mujer, pero a esta le importaba un rabano…
Mujer baja: ¡¡¡SAWARINEKO!!!
Haruka no pudo evitar sonreír burlona por esto. Debía suponerlo. Gracias a su “maldición”, su olor era diferente a los demás miembros de la religión.
Renzo: ¡¿Q-Que significa esto Tsumeko?!
Tsumeko: Mis más sinceras disculpas, Renzo-sama… Pero lamento informarle que hay una intrusa entre los aldeanos.. nya…
Ashiko: ¡¡Muéstrate Sawarineko, nya!! ¡¡VEN A MORIR, NYA!! No me importa porque estas en este pueblo, pero te hemos olido. ¡Si es necesario mataremos a todo este pueblucho hasta hallarte, nya!
Las personas comenzaron a alterarse tras esas palabras, así que Renzo rápidamente aparto el micrófono de su impulsiva guardaespaldas.
Renzo: ¡No me interesa la razón! ¡¡No pueden alterar a mi gente asi!!
Tsumeko: Renzo-sama, debió leer sobre nuestras creencias cuando nos contrato.
Renzo: Sí, son fanáticos de los gatos, ¿y qué?
Tsumeko: Nuestra gente ha estado persiguiendo al Sawarineko desde hace 12 años, nya. Se trata de una chica que ha roto las reglas de nuestra creencia y debe ser asesinada apenas la veamos.
Renzo: ¡¿Y eso a mí que me interesa?!
Ashiko: Te lo pondré de esta forma, Cerdo. La chica que buscamos es una criminal buscada en tres países. Déjanos matarla y tendrás a esos tres países en la palma de tu grasienta mano, nya. Deja que mas renegados se entere que tu mataste a la Sawarineko y vendrán a ti más rápido de lo que tú te vas a la mesa del bufet, nya.
Aquella oferta era algo que Renzo no podía rechazar. Pero si iba a permitir que las dos asesinas contratada por la religión criminal de los gatos hicieran un desastre en su aldea, al menos debía intentar cubrir la escena para que pareciera algo heroico. Se dirigió de nuevo al micrófono y se aclaro la voz.
Renzo: Amados compañeros, se me ha sido informado que una asesina buscada en tres países se ha infiltrado en nuestra aldea. Les pido, por favor, que todos vayan a sus casas y dejen que nuestras defensas se encarguen de esta situación.
Haruka no podía más que levantar la ceja con una mirada de “¿enserio?” mientras la oían nombrar varias veces. Mientras las personas comenzaban a entrar en pánico y correr, ella no se movió.
Mujer 1: ¡Kanari-chan! ¡¿Qué haces?! ¡¡Debemos irnos!!
Una sonrisa sádica y sedienta de diversión se dibujo en los labios de Haruka. De deshizo de la ropa que traía puesta para dejar ver que su ropa normal estaba debajo de esta, saco su blusa de hombros descubiertos de la chaqueta que tomo prestada de Kanari y se la coloco de inmediato. La mujer al verla, grito horrorizada y salió corriendo.
Haruka: Kuromaru-kun… Gracias por la ayuda, nya. Pero será mejor que te vayas a casa, nya…
El gatito negro no tardo en obedecer. Pronto, el centro de la ciudad no dejo a nadie más que no fueran Renzo, sus guardaespaldas, Haruka, y a su lado, Shintaro. Al momento en que los ojos de Haruka y las dos mujeres se cruzaron, a las tres se le dilataron los ojos, hambrientas de pelea y sangre.
Ashiko: Sawarineko… Je, eres más fea de lo que pensaba nya.
Haruka: Nya… ¿Enserio ese fue tu mejor inculto, nya? Lo de “cerdo” hubiera quedado mejor, nya…
Tsumeko: Haruka… Hija bastarda de la sacerdotisa Hiromi y un engendro de la arena… nya…
Haruka: Mama y papa, sí. ¿Vamos a discutir quienes eran mis abuelos también, nya? O quizás mis vidas pasadas, nya. Una vez una médium me dijo que fui un árbol, nya. Un árbol de manzanas, nya. Manzanas rojas, como la sangre, o como mi Goshujin, nya…
Renzo: ¿E-Ella está bien de la cabeza?
Tsumeko: Renzo-sama, ella esta mas lucida que usted… nya…
Ashiko: Esta usando malditos mensajes subliminales, nya. Busca llamar a esas cosas inservibles de los muertos.
Haruka: Nyaha… Mama tenía razón, nya. La religión actual está llena de basuras irrespetuosas e inservibles, nya. Aunque olvido mencionar enanas, huesudas y con mal gusto para cortes de pelo.
Ashiko: (Vena en la frente) ¡¿QUÉ ME DIJISTE, NYA?!
Tsumeko: Ashiko, está tratando de provocarte…
Haruka: Al menos la marimacho poste de luz tiene más cerebro que la otra…
Tsumeko: … Listo, ella se muere hoy…
Tenía que admitir que provocar a esas dos era endemoniadamente divertido. Pero la idea de atravesarlas con su sangre, hacerlas pedir piedad y arrancarles las cabezas con sus propias manos… la emocionaba de sobremanera…
Shintaro: Haruka…
Haruka: Nyahaha…
… Empieza el juego, nya…