Wiki Akatsuki Afterlife Sucesores
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Esta es la primera parte de la historia de Soichiro Satoru, cuyo prólogo se encuentra en el artículo.

Capítulo 1: Infiltración en Kumogakure[]

Es una tierra desolada la que hay entre la cadena montañosa y Kumogakure, pero incluso desde una posición alta, se podría ver una mota de polvo moviéndose en línea recta a gran velocidad rumbo a esta aldea. Encolerizado, Soichiro echo una bestia corría hacia la aldea, buscando una solución para ayudar a su pueblo en peligro inminente. Iba a una velocidad tan alta, que dejaba un enorme rastro de polvo detrás de sí, y rompía todo aquello que pisara, como el suelo. Recorrería esos kilómetros de extensión de tierra entre ambos lugares anteriormente mencionados, en muy pocos minutos.

Finalmente llegaría a una formación rocosa muy alta, la cual subiría de un potente salto, rompiendo el suelo en el que se hallaba, para aterrizar en la cima de ésta formación, rompiendo el suelo también. No tardó en llegar hasta la entrada de Kumogakure, la cual estaba protegida por dos ninja.

Soichiro: ¡Necesito pasar ahora!

Ninja: Lo siento, sin autorización no puede pasar.

Soichiro: ¡DÉJEME PASAR!

Ninja: Me temo... Que debo insistir.

Dijo el ninja poniéndose en guardia al ver que aquel extraño podría ser una amenaza. Soichiro perdió la paciencia, (cosa que no solía suceder a menudo), y la rabia le obligó a liberar su chakra. Soichiro se rodeó de un aura celeste, y la presión de la zona aumentó mucho, tanto que a los ninja les costaba respirar e incluso mantenerse en pie, y psicológicamente se asustaron al ver aquella mole de ser humano irradiando aquel chakra que amenazaba con quitarles la vida. La tierra lentamente comenzaba a resuqebrajarse, Soichiro iba a salvar a su pueblo, a su familia, y no dudaría en matar a quien intentase interponerse en su camino. Sin embargo, con su entrenado auto-control, dejó de liberar chakra, y todo volvió a la normalidad. No conseguiría nada con entrar a la fuerza, la aldea entera iría a por el, y no era lo suficientemente idiota como para enfrentarse él solo a una aldea entera. Entonces, volvió a saltar yendo a la parte inferior, desapareciendo de la vista de los ninja, aunque estos ahora estarían en guardia.

Estando a contra-reloj, Soichiro logró tranquilizarse y, siendo un maestro en los Genjutsu básicos, con una posición de manos engañó las mentes de esos ninja que se encontraban metros más arriba, y gracias a esto Soichiro pasó por encima la puerta sin poder ser detectado. Una vez dentro de la villa, desactivó el Genjutsu, ahora tocaba pasar desapercibido nuevamente, pero sin Genjutsu. Dentro de aquella aldea había ninja muy poderosos, no cómo esos que cuidaban la puerta, y podrían detectar si alguien estaba utilizando Genjutsu para escabullirse. Soichiro hábilmente logró abrirse paso por la aldea sin muchos problemas, más que miradas curiosas de algunas personas que lograron verlo. Debía moverse lo más rápido que pudiera y eso podría ser descuidado, porque esos guardias de la entrada probablemente ya habrían alertado a la seguridad de la aldea, y tal vez estaban todos vigilando.

Sin embargo, llegó sin problemas a la zona de la autoridad de la villa, dónde estaba el banco, la biblioteca, el edificio del Raikage y otro tipo de cosas, pero a Soichiro le interesaba la biblioteca. Él fue exiliado cuando apenas era un niño, y antes de eso iba a la biblioteca a aprender historia y Jutsu, y el bibliotecario siempre le ayudaba. Estaba seguro de que si lograba entrar, el sería capaz de ayudarlo como lo hacía hace tanto tiempo. Pero lo que temía se hizo realidad.

???: Un intruso ¿eh?

Soichiro volteó.

Hiroto: Soy Hiroto Namikawa, líder de la seguridad de Kumogakure, y hasta aquí llegas.

Hiroto sonreía de manera burlona. Tenía una tez morena, como la mayoría de los habitantes de ese lugar, el cabello blanco y una armadura gris. Además, su naríz era más grande de lo habitual.

Soichiro: Vete, no planeo atacar a nadie, sólo busco algo de ayuda.

Hiroto: ¿Si es eso porqué escabullirte de esa forma y casi matar a los guardias de la entrada eh? A menos que... Naaah, eres uno de los desterrados hace años ¿verdad? No tienes permitida la entrada. Pues oíste bien, no puedes pasar, en su momento te rebelaste contra la aldea y ahora vuelves de manera egoísta, tu camino acaba aquí.

Hiroto se puso en guardia.

Soichiro: ¿¡Rebelarme?! ¡Era sólo un...! 

Pero él supo que no vadría la pena.

Hiroto: Toda la aldea está alertada, ya no puedes escapar, todo... ¡ha terminado!

Hiroto se dirigió a toda velocidad hacia Soichiro, y le dio una patada en el pecho. Pero éste ni se inmutó. Hiroto se extrañó, entonces rápidamente apareció a su espalda y le pegó una patada en medio de la espalda, pero Soichiro tampoco se movió. Hiroto entonces se le puso en frente y comenzó a darle golpes con los puños a toda velocidad en el pecho y abdomen, pero Soichiro siguió en su lugar. Hiroto se dispuso a intentar atacar de otra forma alejándose, pero sin que pudiese darse cuenta, Soichiro ya estaba delante de él y le asestó un puñetazo en la cara, incrustándolo en el suelo.

Hiroto se hallaba en el centro del gran cráter que Soichiro había generado, estaba inmóvil, completamente derrotado y de espaldas, con los ojos en blanco y la boca abierta. Pocos segundos después volvió en sí, vomitó algo de sangre, y se dió vuelta como pudo para estar cara a cara con aquel que lo había vencido.

Hiroto: Nunca antes me habían derrotado, ¿sabes?, esperaba que lo hiciera por primera vez mi rival, y después de una larga y dura batalla. Pero ahora viene un tipo cualquiera y me derrota de un sólo golpe, maldito seas.

Dijo, y comenzó a toser sangre, cuándo estuvo en condiciones continuó hablando.

Hiroto: Esa fuerza descomunal, no la tiene cualquiera del pueblo Iama de donde seguramente vengas, desterrado. Tú eres... Eres Soichiro Satoru, el Guardián de los Espíritus, jaja, jamás imaginé que...

Pero Hiroto finalmente quedó inconsciente. Soichiro entonces sintió cómo muchos poderosos chakra comenzaban a inquietarse y movilizarse, sabía que no le quedaba mucho tiempo, así que corrió hasta al bilbioteca, saltó hasta el último piso y entró por una ventana. Él sabía que su viejo profesor estaría allí, como siempre, pero no lo estaba. Entonces fue rápidamente a la sección de sellos, y trató de buscar como pudo el que estaba buscando. Entonces alguien le golpea por detrás, pero Soichiro ni se inmuta de vuelta, voltea y ve a su anciano profesor, tomándose la mano con la que lo golpeó ya que le dolía. Soichiro entonces sonrió, al darse cuenta que el viejo se había escondido para atacarlo por al espalda, creyendo que era un ladrón.

Soichiro: Soy yo, Profesor Nuromo

Nuromo: ¿Eh? ¿Qué...? Espera... ¿Soichiro?

Dijo el viejo con voz temblorosa. A pesar de que estaba muy cambiado, el siempre reconocería a su antiguo pupilo preferido. Entonces Soichiro puso sus manos en los hombros del viejo, como si lo fuese a zarandear. 

Soichiro: Profesor, no tengo mucho tiempo, necesito que me ayude, quiero que me de el pergamino de algún sello anterior al 747, y del tipo barrera.

Nuromo: Hay bastantes y...

Entonces Soichiro sintió chakras muy poderosos justo dónde había dejado a Hiroto, estaban cerca.

Soichiro: ¡Lo usaron los espectros, lo necesito AHORA!

Nuromo, al oír eso, se le quedó mirando con cara perpleja por unos instantes. Acto seguido, se fue a otra sección, la de "Antiguas Órdenes", nada que ver con sellos, y le dio un pergamino amarillento enrollado. Soichiro le miró desconcertado.

Nuromo: ¡Debes irte!

Soichiro se disponía a salir de allí, pero hubo una explosión en una de las paredes de la bilbioteca. Soichiro permaneció en su lugar, ya lo habían atrapado. Del agujero en la pared, emergieron varios soldados del Raikage, liderados por un tipo que parecía muy poderoso.

Darui: Soy Darui, escolta personal del Raikage.

Dijo el tipo con voz despreocupada, era de tez morena también, y su cabello era amarillento, llegándole a tapar un ojo. Vestía un chaleco negro y blanco, y una espada en la espalda. Soichiro no respondió, no le convenía quedarse a pelear en Kumogakure, más llegarían y su familia podría estar muerta en ese momento.

Darui: Supongo que no tengo elección mas que detenerte, que molestia, el Raikage dijo conocerte, y también dijo que sólo yo soy el más apto en toda la aldea para pelear contigo, aparte de él mismo claro. También dijo... Más cosas, en fin, terminemos con esto ahora, ¿quieres?

Darui desenvainó su espada, y le hizo señal a los soldados de que no se movieran, el se encargaría. Entonces cargó contra Soichiro, éste hizo lo mismo. Darui cargó con su espada dispuesto a cortarlo, pero Soichiro se lanzó con los brazos en cruz, deteniendo la espada. Darui se sorprendió al ver que Soichiro tenía una piel tan dura que no pudo cortarlo a la primera. Intercambiaron unos cuantos golpes más, y Soichiro sintió cómo mucha gente llegaba al lugar, esto tenía que terminar. Eludió una estocada de Darui, y le propinó una patada para tomar distancia. Una vez alejados, Soichiro juntó ambas manos, y golpeó con una de ellas el suelo.

Soichiro: ¡Estilo de Tierra: Jutsu Agitación de Tierra!

Entonces se produjo un fuerte terremoto, que desbalanceó a todos, además de que salieron picos de roca que los oponentes debían eludir. Luego de que los picos pararan de surgir junto con el terremoto y se dispersara el polvo, vieron que Soichiro ya no estaba. Lo buscaron por toda la aldea, pero no lograron encontrarlo, había desaparecido.

Por su parte, Soichiro se encontraba escondido muy lejos de la aldea. Una vez asegurado, sentado en una roca dentro de una cueva, abrió el pergamino que su viejo profesor le había entregado. Era un mapa de diseño. En él estaba escrito como crear un espectro, al parecer eran producto de un Jutsu Prohibido, creado por los del Alto Mando de Kumogakure. Soichiro entonces se enfureció. Recordaba perfectamente que el viejo sacó el pergamino de la sección "Antiguas Órdenes", lo que quería decir que en el Alto Mando habían ordenado crear a esos monstruos. Según habían investigado en el pueblo, los espectros no hacían mas que atacarlo, y quedarse en su guarida donde quiera que esta estuviese, pero sólo atacaban el pueblo. Eso era lo mismo que decir que Kumogakure estaba atacando el pueblo, querían deshacerse de aquel pueblo de desterrados o, en vista de los últimos acontecimientos con la barrera, querían deshacerse de Soichiro mismo. Éste se incorporó, sabía que debía ir a ver al Alto Mando de Kumogakure, los cuales no estaban allí casi nunca, sino que con el Señor Feudal. Pero había un problema, la morada del Señor Feudal se encontraba casi al otro lado del país, le tomaría muchísimo llegar hasta allí. No lo soportó más y, con la esperanza de averiguar algo de los espectros y su sello con el pergamino que tenía en mano, y sabiendo que no podía confiar en Kumogakure, la responsable de todo, partió de vuelta hacia su pueblo.

Capítulo 2: La Nueva Familia de Soichiro[]

No tardó en mucho en llegar a la cadena montañosa, la cual escaló haciendo uso de su descomunal fuerza. Se metió por una entrada a las cavernas, estando a escasos metros debajo del pueblo. Como supuso, no podría entrar desde debajo, la barrera protegía la zona haciendo un círculo, incluyendo lo que había bajo tierra.

Allí debajo, se puso a estudiar aquel pergamino. Reflexionó que su viejo profesor sabía sobre la traición de Kumogakure al tratado que se había hecho durante el exilio, (la aldea no molestaría al pueblo), y se sorprendió al oír que Soichiro hablaba como si no lo supiera. Sintiendo nostalgia, continuó examinando el pergamino. Luego de entender el sello que estaba programado en los espectros, (hecho específicamente contra Soichiro mismo), y aplicando su conocimiento, subió en seguida a dónde estaba el pueblo. Antes de liberarlo, le echó un vistazo. Estaba todo destrozado, había muchos muertos y apenas quedaban supervivientes. Soichiro contempló, en la lejanía, a su esposa e hijo tratando de huir de algunos espectros, y lo recordó.

Soichiro en ese entonces tenía 23 años, y se dedicaba a labrar la tierra y entrenar en sus ratos libres. Vestía una camisa remangada, unos vaqueros y un sombrero de paja, y era un poco más bajo y menos fornido que en la actualidad, además de que tenía una barba muy corta y prolijamente cortada. Se detuvo por un segundo de maniobrar la tierra con el rastrillo, y se secó el sudor con un antebrazo, el Sol estaba muy fuerte aquel día. Se preguntaba cómo ese "Jardín del Edén" podría existir allí; agua potable, tierras fértiles, y todo lo necesario para sobrevivir en la cumbre de aquella montaña. Sin mencionar que a tantos miles de metros de altura, el viento y el frío deberían de ser insoportables, pero aquel día había treinta grados centígrados. Aquella interrogante siempre le rondó por la cabeza, pero nadie nunca pudo encontrar la respuesta, aunque siempre tuvo la sospecha de que el viejo Yamaka si la tenía.

Una hora más tarde, terminó de trabajar, y volvió a su casa para tomarse una ducha. Al salir de nuevo de su casa la vio. Era una mujer bellísima, no debía de pasar el 1,70 m, era delgada, facciones delicadas y un hermoso cabello castaño que ondulaba con el viento y brillaba a la luz del Sol. Soichiro siempre se había fijado en ella, pero nunca se atrevió a hablarle, aunque consideró que debía hacerlo, antes de que otro hombre lo hiciera. Nervioso, se tragó su orgullo y caminó hacia ella.

Soichiro: Hola... (le dijo por la espalda, nervioso)

Mujer: ¡Hola! (dijo alegremente volteando)

Soichiro: Eres Asuka, ¿verdad?

Asuka: ¡Sí!, y tu Soichiro Satoru, ¿verdad?, dicen que eres el más fuerte del pueblo.

Soichiro: Jaja, eso no lo sé (rió nervioso)

Asuka: ¿Es cierto que perteneces al linaje de los Guardianes de Espíritus?

Soichiro: Pues... (Siempre eludía aquel tema con las personas, pero con ella, por primera vez, hizo una excepción) ...Sí, lo soy, estoy entrenando para que me presten su fuerza.

Asuka: ¿Para qué la necesitas?

Soichiro: Es que... Lo tengo en la sangre, soy el siguiente guardián, y en mi rato libre entreno para intentar volverme más poderoso, quién sabe, tal vez algún día me venga bien toda esa fuerza. Es el mejor hobby que tengo en esta vida aquí en las alturas ¿No te parece?

Asuka: Supongo... Yo con mi trabajo y los juegos en familia me contento.

En ningún momento aquella chica, de unos 5 años menor que él, había dejado de sonreír, y aquella amplia sonrisa no hacía más que hacerle sentir un mariposeo en el corazón, el cual se extendía por las venas hacia todo su cuerpo. Se quedaron hablando un poco más, Asuka debía trabajar, pero quedaron en que él la esperaría. Era el ocaso, y ambos salieron a explorar las montañas, Soichiro estaba nerviosísimo, ya que era su primera cita. Él sabía que debía sorprenderla, por lo que optó hacer algo prohibido; Fuera de tiempo, la llevó dentro de las cavernas de excavación. Asuka estaba asustada, no quería romper las reglas, pero Soichiro la convenció diciéndole que había algo que sí o sí debía ver. 

Ingresaron a las cavernas y bajaron pro una cueva, que más parecía un enorme agujero en el suelo, por el que se podía bajar pegándose contra la pared caminando por unos salientes. Estaba oscuro y el ambiente era húmedo, aunque la poca luz de la Luna que podía entrar dejaba entrever unas enormes estalactitas que colgaban del suelo, y muchos murciélagos revoloteando por ahí. Llegaron al fondo, caminaron por unos túneles y llegaron.

Era un hermoso manantial, una formación rocosa que tenía una pequeña cascada la cual culminaba en una pequeña laguna. Por un agujero que llegaba hasta la cima, la luz de la Luna le impactaba directamente, lo cual sumado a las piedras de colores que había al fondo del agua, le daba un detalle de ensueño. Asuka fue corriendo, y se quedó fascinada contemplando a los pequeños peces y a los nenúfares.

Asuka: Es hermoso... ¿Por qué no tenemos permitido venir aquí?

Soichiro: Es territorio de extracción mineral, generalmente hay gente trabajando y podría haber un derrumbe, pero yo intento proteger este lugar.

Asuka: Es... Mágico.

Soichiro se le acercó y sentó a su lado. Conversaron bajo la luz de la Luna durante horas, Soichiro ya no sentía nervios, se había acostumbrado a aquella nueva persona que tenía en frente. Finalmente se besaron, y dieron inicio a una historia de amor, la mejor etapa de la vida de Soichiro.

Al año siguiente se casaron, y al siguiente Asuka estaba embarazada. Decidieron llamarle "Haru", ya que era un varón. Muchas personas les ayudaron a cuidar de él cuando nació, sobre todo la familia de Asuka. Los padres de Soichiro fueron enviados lejos, fuera del país, durante la guerra civil de Kumogakure, y poco después fue exiliado, así que hacía muchísimos años que no sabía nada de ellos. Aquel niño era muy distinto a Soichiro, él era serio y responsable, mientras que aquel niño era travieso y juguetón, aunque había heredado la alegría de su madre. Sin embargo, Soichiro notó que en realidad Haru era igual a él cuando niño. De pequeño, Soichiro era travieso y siempre se metía en problemas, pero el destierro lo cambió, junto con casi todos los demás, y ahora echo un hombre no iba a permitir que su hijo sufirera un cambio semejante. Asuka apenas tenía 3 años cuando todo sucedió, así que no recuerda casi nada de su vida de antes, cosa que Soichiro agradece.

Soichiro Satoru había forjado una nueva vida, una nueva familia, y por nada en el mundo la iba a perder, Haru no podía pasar por lo que había pasado él, y aquel deseo ya no provenía de su sentido de la justicia como hombre responsable. Aquel deseo provenía de que ahora, era un padre.

Capítulo 3: El Sol Negro, Hasta Siempre[]

Soichiro guardó el pergamino, no podía sentir ningún chakra mientras aquella barrera estuviese allí. Apretó los puños e hizo las posiciones de manos. Luego de pronunciar el conjuro, la barrera se hizo añicos. Se emocionó, lo había conseguido, y se metió a toda velocidad en el pueblo. Aquel lugar en el que siempre estuvo, y tanto amó, ahora era poco más que un montón de escombros.

Sintió algo. Algo que hace año y medio no sentía. Era el chakra del Rey Espectro, el cual había comandado el ataque de hace tanto tiempo. Lo había creído muerto, (y casi muere él en aquel fatídico combate en el que fue ayudado por todo el pueblo), había cometido un terrible error. Además, podía sentir que se había vuelto mucho más poderoso.

Corrió hacia su familia, pero lo interceptaron no pocos, sino que todos los espectros que había. Soichiro con sus prioridades bien puestas, intentó abrirse paso, pero los casi treinta espectros no se lo permitieron. Oyó un grito de terror absoluto por parte de Asuka y, completamente desesperado, colocó sus brazos horizontalmente frente a él, uno mñas arriba y otro más abajo. Con las manos en forma cóncava y una palma mirando a la otra, comenzó a concentrarse, y unos rayos eléctricos se formaron en las puntas de sus diez dedos, rayos que chocaban en el punto medio de la distancia entre ambas manos, formando una bola de luz.

Soichiro: ¡Estilo de Rayo: Fuerza Negativa!

Una enorme cantidad de destellos eléctricos azulados salieron de sus manos, iluminando el pueblo entero y destruyendo por completo a absolutamente todos los espectros. Soichiro era mucho más fuerte que la última vez que se había enfrentado a ellos.

Salió del lugar pero su familia ya no estaba por ningún lado, algo había pasado. Entonces oye un grito de dolor proveniente de un agujero en la tierra, llegó de un salto y se tiró por él. Llegó al manantial, aquel al que hacía meses no visitaba por la vigilancia, y dónde enamoró a Asuka. Soichiro deseaba desde el fondo de su corazón que estuviese ahí, mirando con alegría los peces y los nenúfares...

Soichiro: ¡NOOOOOOOOOOOOO!

Asuka se hallaba a tan solo un metro del manantial, en el suelo, con el torso completamente destrozando y bajo un charco de sangre. Soichiro se agachó rápidamente, y trató de reanimarla, pero su esposa tenía la mirada perdida. Trató de tapar la herida para que parara de desangrarse, pero nada parecía mejorar.

Soichiro: ¡Por favor resiste, te vamos a curar, te vamos a curar! (rompiendo a llorar, le decía mientras con una mano tapaba la herida, y con otra le tomaba y besaba una mano)

Asuka: Qué bello... Lugar para morir. (Decía ella, incluso en ese momento, sin dejar de sonreir)

Soichiro: ¡NO! Te vamos a curar, no mueras, no me dejes aquí, por favor, resiste un poco más

Asuka, con una lágrima que caía de su ojo a su sien, tomó con una mano la mejilla de su esposo, y él la apretó entre su mejilla y su hombro, no quería que aquella fuese la última vez que sintiese aquella delicada mano.

Asuka: El jefe de todos ellos... Él tiene a Haru... Sálvalo, Soichiro, sálvalo...

Soichiro: Los salvaré a ambos, nos iremos del país y, y... Comenzaremos de nuevo, entrenaré con Haru y...

Balbuceaba Soichiro entre llantos, tratándose se convencer de una falsa realidad. Asuka en sus brazos, muriendo... Aquello no era real, no podía ser real.

Asuka: Mírame...

Soichiro no quería verla a los ojos, ver a la mujer a la que le había fallado... Pero le obedeció.

Asuka: Te amo...

Asuka dejó de mirarlo, quedó mirando hacia la Luna, la mano en su mejilla lo tomaba con menos fuerza...

Soichiro: No, espera, no...

Asuka derramó una última lágrima, y finalmente murió, sonriendo como siempre. Soichiro se le quedó mirando, sabía que había muerto, pero esperaba que regresara a la vida, y le diera su siempre incondicional apoyo. Nada sucedió. La dejó suavemente en el suelo, y miró sus manos manchadas de su sangre. Estaba llorando y temblando. Su hijo estaba en problemas, desesperado de no tener tiempo para digerir la pérdida de su esposa, saltó del agujero y volvió a la montaña. Sólo le quedaba su hijo, y no lo iba a perder, daría su propia vida de ser necesario.

Le tomó correr un poco hasta llegar dónde su hijo, el cual estaba colgando de la mano del Rey Espectro, inconsciente.

Soichiro: ¡NO!

El Rey volteó. No era como el resto, era más alto, al rededor de 2,30 m, tenía una silueta sombría que daba la impresión de que vestía una armadura y un casco de cuernos y, a diferencia del resto, tenía ojos. Unos ojos blancos y humeantes, en medio de aquel intenso negro del que estaba compuesto el resto de su cuerpo.

El niño también despertó por el grito de su padre.

Haru: Papá...

Murmuró, sin energías.

Soichiro: Déjalo ir... Por favor déjalo, es a mí a quien quieres, ¡DÉJALO IR!

Soichiro sintió un horror que le recorrió la médula. Aquellas criaturas no tenían facciones, pero sintió desde o más profundo de sus entrañas que aquella cosa, estaba sonriendo.

Soltó a su hijo, el cual se mantuvo en el aire una milésima de segundo antes de comenzar a caer al suelo. En esa misma milésima, y con una increíble velocidad, con una mano oscura y alargada golpeó al niño, atravesándolo con el brazo.

Hubo silencio. Aquel padre tenía la mente completamente en blanco, y se hallaba inmóvil como una montaña. El Rey Espectro retiró su antebrazo entero del cuerpo del niño, el cuál se desplomó en el suelo ya como un cadáver, con un enorme agujero en el estómago. El Rey volvió a mirar a Soichiro.

Soichiro: ¡¡¡NOOOOOOOOOOOOOOO!!!

Perdió la razón, en ese momento la ira era quién lo controlaba. La sangre le circulaba muy rápidamente, haciendo que sus venas se hincharan hasta un punto peligroso. Tanto la pupila cómo el iris habían desaparecido, y su piel comenzaba a enrojecerse. Oyó un ruido extraño, cómo el de un susurro con eco, aquel monstruo estaba riendo.

Soichiro le apareció delante y lo enterró en el suelo con un golpe en la cara, para luego levantarlo del cráneo y golpearlo nuevamente, incrustándolo en una pared de la montaña. Fue El Rey quién ahora le apareció delante, y le propinó un rodillazo en el estómago, acto seguido, lo mandó a volar con una patada hacia una casa, terminando de destruirla por completo. Soichiro se incorporó en seguida, escupió saliva, y ambos chocaron en el aire generando una onda expansiva de aire, la cual comenzó a multiplicarse rápidamente ya que ambos luchadores comenzaron a golpearse a altas velocidades, Soichiro no paraba de gritar de furia, hasta que venció en el intercambio de golpes al darle otro en la cara, enviándolo lejos. El Espectro le apuntó con sus manos, y comenzó a lanzarle ráfagas de energía oscura, las cuales Soichiro evadió con agilidad, excepto por las tres últimas que le dieron de lleno. El Espectro aprovechó esta oportunidad para acercarse, pero Soichiro rápidamente se repuso y le dio una patada en el mentón, luego con la otra pierna en el estómago, y luego otro con el puño en la nuca. El Espectro apretó uno de sus puños, y éste se fundió de una extraña, espesa y humeante materia oscura, con la cuál golpeó a Soichiro en el estómago. Éste vomitó un poco de sangre, y líneas negras comenzaron a formársele por debajo de la piel, como si sus venas estuviesen pudriéndose. Soichiro fuera de sí gritó nuevamente, un grito que pudo oírse casi desde Kumogakure, incluso parecía que su masa muscular había aumentado un poco. Su piel comenzó a desprender vapor, sea lo que fuese aquel "virus" que el Espectro le había impantado, Soichiro lo estaba quemando. Lo desvaneció por completo, para sorpresa del Espectro, y Soichiro presa de la cólera lo tomó de la cara, como si de un balón se tratase, y comenzó a darle una y otra y otra vez contra el suelo, ya habiendo superado por muchísimo al Espectro en cuanto a fuerza. Dejó de golpearle y tomó un poco de distancia.

Soichiro: ¡ESTILO DE TIERRA: JUTSU AGITACIÓN DE TIERRA!

El terremoto y los picos de roca que salían del suelo comenzaron a herir al Espectro, el cual no era capaz de incorporarse. Entonces Soichiro se elevó varios metros por los aires de un salto.

Soichiro: ¡ESTILO DE RAYO: FUERZA NEGATIVA!

Unos enormes y potentes rayos salieron de la unión de sus manos, dándole todos y cada uno de lleno al Espectro. Luego de que el ataque cesó, el Espectro creó una gigantesca onda expansiva de sombras, tratando de evitar que Soichiro siguiese atacándole sin parar. Éste recibió el golpe pero no se detuvo. Bajó del aire aterrizando a toda velocidad sobre el Espectro, generando un enorme cráter y mandándolo a volar, cayendo en caída libre por la montaña, justo como su atacante al inicio de todo. Soichiro se tiró luego de él y le propinó dos golpes que le hicieron car aún más deprisa, tomando distancia. Entonces Soichiro hizo unas cuantas posiciones de manos.

Soichiro: ¡ESTILO DE FUEGO: JUTSU GRAN ANIQUILACIÓN DE FUEGO!

De su boca salió una enorme aglomeración de fuego, tomando forma de un gigantesco muro que impactó al Espectro en mitad de caída. Soichiro pudo sentir nuevamente al Espectro, ya no sonreía ni reía; estaba gritando.

Soichiro: ¡ELEMENTO VIENTO: GRAN PENETRACIÓN!

De su boca esta vez salió una gigantesca ráfaga de aire comprimido, el cual nuevamente golpeó al Espectro y le hizo mucho daño, aumentando aún más la velocidad de caída y, al ser del elemento viento, amplificando las llamas de su jutsu anterior.

Finalmente el Espectro cayó al suelo, con fuerza tal que destruyó todo a su al rededor, estaba completamente herido. Soichiro nuevamente aterrizó sobre él, aumentando aun más el área destrozada. Quedó contemplando el cuerpo destrozado del ser que se hallaba bajo sus pies y, durante la inspección, vió como aun quedaba un poco de la sangre de su hijo asesinado brutalmente impregnada en el brazo...

Soichiro encolerizado nuevamente, tomó al Espectro de uno de sus cuernos, y tiró tan fuerte que se lo arrancó. Lo tomó del cuello y con el brazo libre le arrancó un brazo, luego cambio de mano para poder arrancarle otro. Lo tiró hacia arriba, y mientras caía tomó los talones de la criatura y tiró de ellos hasta arrancarle ambas piernas. Aún sin caer, tomó su cabeza con ambas manos y le rompió el cuello, para luego tirar de su mandíbula partiéndole el cráneo en dos. Para finalizar, tomó el torso desmembrado del Espectro, lo elevó hasta por encima de su cabeza y tiró de lados opuestos, cortándolo a la mitad. Luego de haberlo masacrado con una crueldad que ni él habría imaginado, sus ojos volvieron a la normalidad, al igual que el resto de su cuerpo. Respiraba con fuerza y rapidez, estaba agotado, no tanto por la fuerza y el chakra que empleó en sus ataques, si no que por haber estado tanto tiempo completamente enfurecido, fuera de sí, peleando. Aquello lo agotó física y psicológicamente. Arrojó los dos pedazos de torso que tenía en las manos al suelo y se sentó en este, tratando de tranquilizarse. Poco después observó lo que había hecho. ¿Fui yo quién realmente hizo esto?, sintió lástima por la forma en la que lo había matado, lástima que se desvaneció tan rápido como vino, al recordar que mató a mucha gente que amaba del puelo, entre ellas, su esposa e hijo. Se levantó, y escaló la montaña.

Llegó al pueblo, echo añicos, y caminó hacia el templo, en la caminata más larga, sombría y perturbadora que había hecho jamás. Dejando atrás casas en llamas y cadáveres, entró en la hacienda. Como supuso, todos estaban muertos, pero algo se movió entre los cadáveres.

Soichiro: ¡Líder Yamaka!

Soichiro corrió en auxilio del viejo, el cual estaba agonizando. Le tomó una mano y con la otra le tocó el pecho, tratando de sentir su corazón y flujo de chakra; ya era demasiado tarde.

Yamaka: Moriré aquí, Soichiro...

Soichiro: Si tan sólo, ¡si tan sólo hubiese estado vigilando! (exclamó llorando)

Yamaka: Habría pasado exactamente lo... (comenzó a toser sangre)... Exactamente lo mismo. No, había, nada... Que pudieras hacer. 

Soichiro:... Lo sabías, ¿verdad?, todo este tiempo... Siempre lo supiste.

Yamaka: Sí... Sabía que los Espectros eran parte de un Jutsu Prohibido de Kumogakure, que estaban detrás de todo...

Soichiro: ¿Por qué? ¿Por qué no me lo dijiste?

Yamaka: Habrías querido tomar venganza, habrías muerto...

Soichiro: ¡Yo habría muerto, y no todos ustedes!

Yamaka: Te habrían matado antes de que si quiera eliminases un simple espectro... No busques una forma de culparte, porque no la hay... Esto pasó, y no había nada... Que pudieras hacer al respecto.

Soichiro negaba con la cabeza, y Yamaka con una mano apretó el brazo de Soichiro.

Yamaka: Escúchame... Deja de culparte por algo que no fue tu culpa... Eliminaste a los espectros, eliminaste el Jutsu, pero el plan era que todos muramos, no que sobrevivieras, así que él volverá, a cazarte...

Soichiro: ¿El maldito Rey Espectro? Pues lo estaré esperando.

Yamaka: No... Ya no hay espectros... Me refiero a quién dio la orden...

Soichiro: ¿La orden?

Yamaka: Quien consentió esto... Quien permitió que el Jutsu se creara... El que está detrás de todo esto... Él va a cazarte, tú debes hacerlo primero.

'Soichiro:' ¿Quién es?

Yamaka: El Raikage... Debes vencerlo, y cuando lo hagas, que lo harás, da tu venganza como tomada. Pero no me sirves traumado por la muerte de tu esposa e hijo por el resto de tu vida... Además de que en tu estado actual, jamás podrás derrotar al Raikage...

Soichiro: Estás diciendome que...

Yamaka: Sí... Detrás de mi trono... Allí estan tus vestimentas y las herramientas para abrir el portal, regresa... Regresa al Mundo de los Espíritus, y reclama lo que es tuyo. Asume tu papel, como Guardián. El poder que obtendrás de ellos, será suficiente para acabar con el Raikage, y límpiate... Olvida tus temores, tus traumas, purifica tu alma allí, que el pesar de la pérdida de tu familia no te dificulte aun más la vida.

Soichiro: ... Lo haré. Retomaré a los espíritus, y mataré al Raikage.

Yamaka: Yo, quiero que... Te cuides... Tal vez nos veamos de nuevo... Adiós, Soichiro Satoru, Guardián de los Espíritus, y que éstos te estén vigilando...

Yamaka entonces murió.

Soichiro pasó el resto del día apagando las llamas y enterrando a los habitantes difuntos. A Asuka y Haru, los enterró frente al manantial dónde el amor había comenzado, y en donde terminó. A Yamaka frente a su trono, había sido casi un padre para él. Llegó el ocaso, y Soichiro descansó en su cama, dentro de lo que quedaba de su casa. A la mañana siguiente, cambió su vestimenta a la de Guardián de Espíritus, aquella que hacía tiempo no se ponía. Cambió las botas de cuero por unas sandalias de madera. Ahora viste pantalones negros, tapados casi en totalidad por unas prendas blancas con bordes dorados que le cuelgan del cinturón. Éste ahora es marrón, y el amuleto de oro ahora tiene una pequeña esmeralda en el centro. De éste, cuelgan tiras blancas que le llegan a las rodillas, sujetas por una prenda roja por detrás, debajo del amuleto. Su torso ahora está completamente descubierto, excepto por un enorme collar de perlas esféricas marrones colocado en forma diagonal, desde el hombro pasando por la cintura y girando por la espalda. Sus antebrazos están vendados, (a excepción de los dedos), y recubiertos por arriba por unos protectores rojos. Ya vestido, convocó el portal.

En la pared detrás del tono, se abrió un portal brillante, celeste, con puntos blancos que parecían estrellas. Giraba como si se tratase de un torbellino, y tenía un aspecto onírico. Decidido y con los objetivos claros, Soichiro se adentró en él, y desapareció.

Capítulo 4: Venganza, Soichiro contra el Raikage[]

Fueron días para Soichiro, pero horas en el mundo real. Luego de que el portal desapareciese, volvió a materializarse un par de horas después, de él salió un Soichiro diferente. Ya no estaba dominado por la ira y la desesperación, sino que se encontraba tranquilo, con la mente y alma en paz. Había ido al Mundo de los Espíritus, donde se "limpió" de las impurezas y retomó el poder que una vez había dejado allí en ese mundo...

Sin dejar que la pérdida de su familia lo nublase o perturbase, sin perder más tiempo se dirigió a su casa, y empacó sus cosas en una bolsa de cuero que se colgó al hombro. Entonces bajó de la montaña, sin antes girar su cabeza para echarle un último vistazo a su pueblo, o lo que quedaba de él, ya que en el fondo sabía que no lo volvería a ver en un muy largo tiempo. Sin más preámbulos, se dirigió hacia Kumogakure, empeñado en encontrar y asesinar al Raikage. Se arrepentirían para siempre aquellos que se interpusieran en su camino, pero una de las propiedades que tiene el Mundo Espiritual, es que al limpiar las impurezas se amplía y renueva la percepción, la intuición, el sexto sentido.

Soichiro podía sentirlo, no habría obstáculos, nadie se metería en medio, porque el Raikage lo estaba esperando.

La ciudad de iba dibujando en el horizonte, estaba muy silenciosa, le estaban esperando, pero a él no le importaba. Llegó a la entrada de un salto y, como supuso, no había nadie resguardando la puerta. Él entro por esta, como si se tratase de un ciudadano normal, y camino por entre la multitud como si nada, con la vista fija en la morada del Raikage, al otro lado de la ciudad.

Pasó por el cráter donde derrotó a Hiroto, y entró al edificio. Los guardias le miraban, pero no hacían nada más. Llegó hasta el último piso, y abrió la puerta más grande, cerrándola tras de sí. Aquel era un despacho amplio, con cuadros de los anteriores Raikage, alfombra roja cuadrada en el centro y un largo escritorio, pero la silla estaba vacía.

???: Ha pasado mucho tiempo... Soichiro Satoru... Eras apenas un niño cuando te fuiste. 

Dijo un tipo de espaldas, mirando por la enorme ventana que ocupada la pared entera detrás del escritorio. Vestía una larga capa blanca, piel morena y cabello rubio.

Soichiro: Cuando me sacaron, querrás decir.

???: ¡Vamos!, sin resentimientos.

El hombre volteó. La capa estaba abierta, dejando mostrar el torso, y vestía un imponente cinturón. Aquel hombre era tan grande como Soichiro, y a pesar del tiempo, éste aún no había olvidado su rostro, el restro del Raikage.

Soichiro: Se ve que está dispuesto a pelear, a juzgar por lo poco que me tomó llegar hasta aquí.

Raikage: Sí. Sé que no puedo detenerte, de una manera u otra habrías llegado hasta mí, simplemente facilité las cosas. Pero, ¿sabes?, esto no tendría por que ser así.

Soichiro: Díselo a mi esposa, a mi hijo, a mi pueblo.

Raikage: ¿Qué quieres decir? (dijo frunciendo el entrecejo)

Soichiro arremetió contra el Raikage, pero éste predijo su movimiento, y lo detuvo con su brazo. Ambos tenían un brazo enfrentado, y comenzaron a forcejear. El chakra de aquellos titanes comenzó a desprenderse, el edificio estaba temblando. El Raikage golpeó con su mano libre a Soichiro, sacándolo el despacho haciendo un agujero en la pared. Permaneció un momento perplejo en el suelo, para luego incorporarse, cubriéndose con el brazo la mejilla. Aquel hombre no era Hiroto, ni Darui, ni el Rey Espectro, sin dudas Soichiro esperaba que al ser un Kage aquel tipo sería respetablemente poderoso, pero era más que eso. Aquel hombre estaba en un nivel completamente diferente.

Aquello, sin embargo, no le hizo vacilar y, con la imagen de Asuka y Haru en la mente, arremetió nuevamente contra el Raikage, pero ésta vez a una velocidad mucho mayor y le embistió con todo el cuerpo. Envió al Raikage a volar, haciendo añicos la ventana, incluso lo sacó de la aldea, para caer haciendo un enorme estruendo fuera de la ciudad, en un páramo desierto, y levantando una enorme ola de polvo. Soichiro, a los pocos segundos, apareció a unos metros del lugar de la caída.

El Raikage se incorporó. No tenía rasguño alguno, y estaba sonriendo. Chocaron de vuelta, y comenzaron a intercambiar golpes y patadas a una altísima velocidad, destrozando de a poco el entorno. Al principio estaban igualados, pero unos cuantos segundos después, el Raikage comenzó a dominar en el choque, asestándole unos cuantos golpes a Soichiro y mandándolo a volar. Soichiro sabía que si continuaba la pelea a base de Taijutsu, eventualmente acabaría perdiendo, así que cambió su estrategia.

De su cinturón, sacó varias shuriken, que se las lanzó a su oponente, y casi un segundo después de lanzarlas;

Soichiro: ¡Estilo de Viento: Gran Penetración!

El viento impulsó mucho las shuriken, pero el Raikage las esquivó casi sin problemas, pero rápidamente Soichiro le apareció detrás, en el aire, con varios kunai en mano, y se los lanzó casi a la cara. Su oponente los esquivó de nuevo sin problemas, y le dio un puñetazo en el estómago a Soichiro, el cual vomitó sangre y, para sorpresa del atacante, explotó en humo. Era un clon. Soichiro se había asegurado de hacer su jugada tan rápido para que su contrincante no notara el clon, y que el real seguía en el lugar dónde había lanzado las shuriken al principio. Al darse cuenta de esto el Raikage, no se dio cuenta que uno de los kunai tenía pegado un papel explosivo, el cuál le explotó a menos de un metro. No le hizo prácticamente nada, pero la explosión lo impulsó cerca de Soichiro.

Soichiro: ¡'Estilo de Fuego: Jutsu Gran Aniquilación de Fuego!

Las llamas le dieron de lleno al Raikage, pero éste rápidamente salió de ellas para tomar a Soichiro por la cara y golpearlo contra el suelo

Raikage: ¡Estilo de Rayo: Asesinato Electromagnético!

De su mano, aún en la cara de Soichiro, emanaron rayos eléctricos que electrocutaron a Soichiro. Éste luego de pocos segundos logró guiar a su mano los rayos del Raikage, atrayéndolos con la electricidad que el mismo estaba creando.

Soichiro: ¡Estilo de Rayo: Fuerza Negativa!

La electricidad impulsó al Raikage en línea recta, y Soichiro de un salto llegó hasta él y le dio un puñetazo, pero antes de salir disparado, el Raikage le pudo propinar una patada a su adversario, saliendo disparados ambos desde el aire hasta varios metros mas atrás, en el suelo.

Se incorporaron, ambos agitados, pero Soichiro un poco más herido que su oponente. Las cosas no pintaban muy bien.

Raikage: Desde pequeño que eras un hombre muy inteligente, estoy seguro de que no has perdido esa facultad... Por consiguiente te darás cuenta, de cómo está la batalla ahora mismo. Esto se podría eternizar pero al final, yo saldría cómo vencedor.

Soichiro permaneció callado, aunque no le agradase para nada, sabía que tenía razón.

Raikage: Así que, ¿Por qué no dejar de perder el tiempo y acabar con esto de una vez?

Soichiro supo que ahora empezaba la batalla de verdad. El Raikage cerró los ojos, pocos segundos después los abrió. Un potente chakra comenzó a rodearlo, como si se tratase de una armadura, y comenzó a revestirse de electricidad también.

Raikage: Elemento Rayo: Armadura de Rayo... Ya no tienes oportunidad, Soichiro... Ríndete ahora, y tal vez tenga misericordia contigo.

Hasta ese momento Soichiro no lo había notado, pero el Raikage era un enemigo mucho más peligroso de lo que ya aparentaba. La cantidad de chakra de aquel hombre no tenía nada que envidiar a la cantidad de chakra de un Biju, así que el derrotarlo por agotamiento no era una incógnita posible en su ecuación para la victoria, si es que la tenía. Soichiro estaba impactado, aquel hombre era un monstruo.

Raikage: ¿Empezamos?

Soichiro se sobresaltó. Una milésima de segundo antes lo tenía a varios metros frente a él, ahora lo tenía al lado, mirando hacia el lado opuesto. El Raikage lo golpeó en el estómago, y sintió como se le rompió al menos una costilla, un punzante dolor le nació en el abdomen y le recorrió cada nervio del cuerpo, y entonces salió volando. Antes de aterrizar, el Raikage ya estaba encima de él, dándole una patada en la cara, desviando su trayectoria y cayendo con mucha fuerza en el suelo. Le costó levantarse, sentía un punzante dolor en la cabeza luego de aquel golpe. Tratando de no perder el equilibrio, contempló a su rival. Antes de por sí, el Raikage ya era más veloz que él, pero con esa armadura su velocidad era insana, y no sólo pegaba más duro, sino que también estaba seguro de que con cada golpe, esa electricidad que le rodeaba también le afectaba el sistema nervioso. Golpes duros, veloces y que dañan por dentro, se había convertido en una máquina de matar.

Soichiro entonces se decidió. Tenía que usar "eso", o moriría en cualquier momento. Cerró los ojos.

Soichiro (pensando): Ha llegado el momento, mis espíritus, ahora que ya somos uno, requiero de aquel ancestral poder, aquel que retomé al ir a su mundo.

Raikage: ¿Por qué cierras los ojos, te rindes? Bien, ¡Porque no te dejaré con vida!

El Raikage estaba a punto de ir hacia él nuevamente, pero se detuvo. Soichiro comenzó a liberar una enorme cantidad de chakra, comparable a la de él. Se estaba volviendo más fuerte, y aquel chakra lentamente cambió de color de celeste a un anaranjado puro, el cual tomó la forma de un enorme tigre. Poco después, el tigre se desvaneció, junto con todo ese chakra.

Soichiro tenía el pelo más erizado de lo normal, y con más puntas. Ojos completamente anaranjados, sin iris, ni pupila, ni nada, y en todo su cuerpo poseía un tenue brillo del mismo color. Pero era en sus antebrazos dónde se hallaba el cambio más grande. Parecían estar cubiertos de pelo brillante anaranjado, y en vez cinco dedos, tenía tres filosas garras de casi 30 centímetros, además de un filoso pulgar pero mucho más corto que las otras garras. Cabe recalcar que su barba también se erizó, pero hacia los costados, quedando con muchas puntas.

Raikage: Ya era hora, Soichiro... Por fin haces honor a tu nombre, "Guardián de los Espíritus". Puedo sentirlos... Tienes a los cuatro grandes dentro de tí, y éste es uno, el tigre... Puedo ver que es el único que has podido dominar, que lástima, de lo contrario podrías haber tenido alguna pequeña posibilidad de venc...

El Raikage vio como Soichiro se hacía cada vez más y más pequeño, miró a su al rededor y había nubes, y recién entonces su cuerpo reaccionó ante un fuerte dolor en el mentón. Mientras volvía a caer, se dio cuenta de que Soichiro le había golpeado y enviado hasta esas alturas por el impacto pero, ¿cuándo?

El Raikage aterrizó, y arremetió contra Soichiro, pero éste estaba detrás de él y, en un segundo, le dio diez zarpazos con sus garras, enviándolo hacia una montaña lejana, atravesándola. El Kage se levantó adolorido y desconcertado, y entonces lo entendió. Aquel nuevo poder acrecentaba su chakra y aptitudes físicas, pero por sobre todo, aumentaba muchísimo su velocidad.

Raikage: Te he... (escupe sangre) Subestimado... Ya basta de esto, ¡VEN!

El Raikage usaría su máximo poder, con el que embistió de un golpe a Soichiro el cual salió disparado. Sin embargo, se repuso en medio vuelo, ya no dolía tanto como antes. Soichiro le apareció por detrás, golpeándolo tres veces en la espalda, pero algo andaba mal, así que tomó distancias. Sus manos le quemaban y dolían un poco, ya que aquella armadura de rayo no sólo era una buen ofensiva sino que también una buena defensa. Y continuaron peleando. Ahora que el Raikage estaba dándolo todo, su velocidad había aumentado bastante, pero Soichiro era todavía un poco más rápido, y tenían aproximadamente la misma fuerza, aunque la ventaja de velocidad de Soichiro se compensaba con la defensa hiriente del Raikage.

Continuaron un tiempo más así, hasta que lentamente sus reservas de chakra iban desapareciendo y se iban agotando de las heridas. Pronto, apenas podía Soichiro mantener el espíritu del tigre, y el Raikage su armadura de rayo. El Raikage corrió a su oponente, y Soichiro hizo lo mismo, darían todo en ese último golpe. Entonces, el Raikage hizo una posición de manos, con la que liberó un sello que tenía en la fuente de su chakra, y obteniendo la cantidad de chakra suficiente como para vencer a Soichiro en el choque, para cuando este se dio cuenta, ya era demasiado tarde.

Soichiro cayó al suelo, perdiendo su poder del tigre, con apenas energías para mantenerse con vida. El Raikage perdió su armadura de rayo, pero aun podía mantenerse en pie. Comenzaron a formarse nubes de tormenta.

Raikage: La pelea ha terminado, yo gano.

Soichiro: ¡No!

Raikage: ¿?

Soichiro: Aún no... Yo... Voy a vengarlos... (decía mientras se incorporaba) Yo... ¡Voy a matarte Raikage, para que pagues por todo lo que me hiciste!

Raikage: No sé de lo que me estás hablando, y tampoco sé que clase de trucos te queden bajo la manga, así que no tomaré riesgos. (Dijo mientras comenzaba a llover)

Raikage: Usaré todo mi chakra restante en el siguiente ataque, buen viaje, Satoru.

El Raikage levantó su brazo, y Soichiro comprendió que aquella tormenta la había producido él con su chakra, aunque no entendía muy bien cómo. Comenzó a relampaguear, Soichiro previno el peligro y tomó distancia. Las nubes de abrieron, y una especie de dragón de electricidad emergió de entre ellas.

Raikage: ¡KIRIN!

El Raikage, rápidamente, dirigió su Jutsu hacia Soichiro, y se produjo una gigantesca explosión. Entonces, cayó de rodillas, ya sin nada de chakra, a punto de desmayarse, había ganado el combate.

Entre el humo, vio un resplandor verde. El humo se disipó, y pudo ver una enorme tortuga de chakra verde que no tardó en desaparecer. Soichiro se hallaba en el lugar del impacto, intacto. Su piel era más pálida, y tenía tres manchas grisáceas en la frente. Su barba era un poco más larga, terminando en puntas, y sus ojos eran completamente verdes, además de que su cuerpo emitía un tenue brillo del mismo color. Sus antebrazos, más anchos, y brillaban color verde, además de que en la zona más cercana al codo le habían crecido unos gruesos cuernos. Sus hombros y parte superior de espalda estaban cubiertos de esas manchas grisáceas, parecidas a escamas, y lo más notorio era que él estaba completamente rodeado de un escudo verde-transparente, como si se tratase de un caparazón. En el último segundo, había podido liberar al segundo espíritu, el de la tortuga, para poder protegerse del ataque. El poder desapareció, Soichiro volvió a la normalidad y cayó al suelo. Lo mismo el Raikage. Permanecieron en silencio, más inconscientes que conscientes.

Raikage: Tu pueblo fue destruido... ¿No?... Es cierto que, yo di la autorización de que se creara el Jutsu... Creí que venías por eso... Pero yo no ordené el último ataque... Los Espectros eran controlados por ninjas bajo órdenes del Señor Feudal... Pero perdieron el control sobre ellos hace año y medio... Alguien, los estuvo controlando... Desde entonces, hasta que los mataste a todos... No sé quién era...

Soichiro se sorprendió, aquello no se lo esperaba, pero antes de lo que hubiera querido, se desmayó, al igual que el Raikage. Entonces, la lluvia paró.

Comenzó a abrir los ojos, pero el Sol lo deslumbró. Recordó la batalla y se quiso sentar sobresaltado, pero el cuerpo le dolía mucho. Miró a su al rededor y no se hallaba en aquel páramo, sino que en la cama de sábanas blancas de una habitación. Alguien entró en ella.

Soichiro: ¡Profesor Nuromo!

Nuromo: Chico, sí que pesas demasiado, ¡por suerte no he perdido la forma!

Soichiro: Les pediste a los cuidadores de la biblioteca que me trajeran ¿no?

Nuromo: ... ¿Estás mejor?

Soichiro: Jaja, sí, mejor que antes supongo... Esta es una de las habitaciones de un hotel ¿no?

Nuromo: Así es, llevas un día inconsciente.

Soichiro: ¿¡Un día!? ¡El Raikage debe estar buscándome!

Nuromo: ¡No, claro que no!, él sigue inconsciente, estimo que despertará en poco más de una decena de horas tal vez, tienes suerte de que había un ninja médico entre mis cuidadores.

Soichiro: Sí... (comenzó a pensar en lo que le había revelado el Raikage)

Nuromo: ¿De qué te enteraste? (Dijo, conociéndolo)

Soichiro le contó lo que le había dicho el Raikage, Nuromo no tenía idea de eso, creía que siempre los controlaban a los espectros el Señor Feudal y el Raikage. Un par de horas después de comer, Soichiro se vistió, con sus ropas arregladas por Nuromo mismo, y salió con el hasta la entrada de Kumogakure.

Nuromo: ¿No pensarás en volver para matar al Raikage o destruir Kumogakure no?

Soichiro: No, quédate tranquilo.

Nuromo: Y ahora...¿Que harás? No creo que vuelvas a lo que solía ser tu pueblo, y aquí ya estás categorizado como criminal de rango S.

Soichiro: Cuando el pueblo aún existía, me encargaba de vigilar si venían espectros. No me gustaba eso, quería algo más emocionante, como defender a los trabajadores cuando bajaban a por recursos... Eso le hice creer al viejo Yamaka.

Nuromo: ¿Entonces... Era mentira?

Soichiro: ¿Sabes que clase de ninja hay bajo órdenes de un Señor Feudal no? Son criminales... No cómo yo, reales, ninjas oscuros, poderosos, que probablemente hayan engañado a través de un Genjutsu al Señor Feudal para que hiciera todo esto.

Nuromo: ¿Insinúas que...?

Soichiro: Sí, el País del Rayo está siendo controlado por fuerzas que desconocemos, al menos, en éste aspecto. Ellos me quieren. Necesito aliados, gente que me pueda ayudar a identificarlos, y eliminarlos.

Nuromo: No conoces a nadie... ¿A quiénes tienes en mente?

Soichiro: Tengo en mente la verdadera razón por la que quería dejar de vigilar y bajar de la montaña... Akatsuki Afterlife.

Nuromo: ¿¡QUÉ!? ¡Son criminales, quieren dominar el mundo, y quién sabe lo que harán con él si lo logran!

Soichiro y Nuromo se miraron a los ojos. Entonces, el viejo entendió las intenciones ocultas que tenía aquel honorable hombre con una organización como esa.

Nuromo: ...Dos pájaros de un tiro ¿eh? Puede ser peligroso... ES peligroso... MUY peligroso.

Soichiro: Veré si me aceptan como miembro, ya veo lo que haré luego.

Nuromo: Allí hay ninjas extramadamente poderosos Soichiro... Algunos podrían hacerle al Raikage lo que tú le hiciste al Rey Espectro... Ten cuidado.

Soichiro: Me subestima, profesor.

Nuromo: Supongo que, ahora que terminaste tus asuntos aquí, lo que planeas hacer es una causa muy honorable... Desde mi inútil posición, no puedo hacer más que desearte la mejor de las suertes del mundo.

Soichiro: Prometo que nos volveremos a ver, y tendremos más tiempo para charlas después de tantos años.

Soichiro tomó su bolsa con su equipaje, la cual había dejado a propósito en la ventana de la bilbioteca antes de ir a pelear para que Nuromo la tomara. Con provisiones listas, se dispuso a viajar por el mundo, saliendo por primera vez del país, en busca de Akatsuki Afterlife.